El ajolote (Ambystoma mexicanum) es un anfibio endémico de México y de gran relevancia en la cultura del país. Para promover la importancia de la conservación de la especie, en 2018, el Senado de la República declaró el 1 de febrero como su día nacional.
El Día Nacional del Ajolote Mexicano nace gracias a la importancia de la conservación de la especie, considerada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como en peligro crítico de extinción a causa de la rápida degradación de su hábitat natural, principalmente provocada por la contaminación.
Una de las características representativas de esta tierna y curiosa especie es que puede regenerar gran parte de su cuerpo, incluida la médula espinal, ovarios y segmentos de su corazón y cerebro.
· Ocho curiosidades sobre el ajolote
· Los ajolotes tienen cuatro genes de pigmentación. Los seis colores de ajolotes más comunes son:
Leucístico: de color rosa pálido con ojos negros
Leucístico “sucio”: poseen una tonalidad rosácea pálida con manchas oscuras
Albino: adoptan una tonalidad que va entre el rosa y el blanco con ojos rojos
Albino dorado: ajolotes blancos con pequeños matices de color dorado y ojos de la misma tonalidad
Axántico: suelen ser color gris o plateado y cuentan con ojos negros
Melanístico: se caracterizan por un color que va entre el negro al azul y no cuentan con manchas de ninguna tonalidad
Los esfuerzos para la conservación
La conservación del ajolote está en un punto crítico, por lo que instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desarrollaron estrategias que permitan a las personas relacionarse más con los animales.
A finales de noviembre, la UNAM, bajo la supervisión del doctor en ciencias, Luis Zambrano González, creó la campaña internacional de recaudación de fondos llamada “AdoptAxolotl”.
Con esta iniciativa, los ciudadanos podrán donar a través de dos esquemas. Con el primero, llamado “invita a cenar a un ajolote”, recibirán una infografía sobre la alimentación de esta especie y una carta de agradecimiento a cambio de una donación de 200 pesos mexicanos.
El segundo se llama “tunea la casa del ajolote” y por 1.000 pesos mexicanos, los donadores recibirán una infografía sobre las chinampas-refugios, una carta de agradecimiento y distintas postales de Xochimilco.
Además de los medios de donación directa, también existen opciones para “adoptar” ajolotes durante uno, seis o doce meses, con los que los buenos samaritanos recibirán diferentes recompensas.