Cuando la La
Oficina Nacional de Estadísticas de Reino Unido, conocida por dar las cifras crudas sobre inflación, desempleo y criminalidad, anuncia que se ocupará de cuantificar la felicidad de los Ingleses no suena nada descabellado.
David Cameron, Primer Ministro de 2010 a 2016, nunca ocultó su deseo de cuantificar el bienestar de sus ciudadanos más allá de sus riquezas y por ello ha pedido ayuda a la oficina de estadísticas.
Así, los encuestadores del país concibieron una serie de preguntas que sirvan para medir la sensación subjetiva de los británicos respecto a su calidad de vida y poder medir la felicidad. Para muchos de nosotros la felicidad es un concepto casi indescriptible, un estado del que todos tenemos noción, una palabra que usamos habitualmente pero que nos cuesta darle una definición. Sin embargo, la ciencia ha dado con una medida de valoración subjetiva de la felicidad que ayuda a aclararnos varias dudas sobre este tema: El KiloHappy.
El KiloHappy es una cantidad estandarizada que determina la magnitud de felicidad. Toma su valor a partir de un patrón que reconoce el estado de ánimo que una persona alcanza propiciado por una paz interior, satisfacción y alegría. Esta unidad de medida ya está siendo estudiada por el Comité Internacional de Pesos y Medidas con sede en Francia para incluirlo las siete magnitudes fundamentales del Sistema Internacional de Unidades.
Por el momento, la felicidad - al ser un estado subjetivo – debe poder objetivarse para su medición y análisis, para ello, disciplinas como la filosofía, la sicología, la sociología y la antropología están tratando de determinar si Aristóteles tenía razón al afirmar que todos los hombres están de acuerdo en llamar felicidad a la unidad presupuesta de los fines humanos, el bien supremo, el fin último, basa en la autorrealización dentro de un colectivo humano, adquirida mediante el ejercicio de la virtud.
Para algunos autores "New Thought" la felicidad es una actitud mental que el hombre puede asumir conscientemente, es decir es una decisión. Para las religiones teístas, la felicidad sólo se logra en la unión con Dios, no es posible ser feliz sin esta comunión. Siendo la felicidad considerada como la obtención definitiva de la plenitud y el estado de satisfacción de todo tipo de necesidades es alcanzable sólo en ese grado después de la muerte. Hasta ahora sólo se tenían algunas guías para la medición de la felicidad.
La pirámide de Maslow nos presenta cinco niveles para alcanzar la optimización del individuo: fisiología, seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización. Y La Teoría de la Felicidad Cuantizada (T.F.C.), desarrollada por José M. Cárdenas Contreras en 1998, donde expone que todos los individuos son igual de felices y al final de sus vidas todos habrán vivido una cierta cantidad de felicidad que se contrarrestará con su propia infelicidad vivida obteniéndose como resultado un balance total neutro en cada uno de los seres (balance de felicidad a la hora de nuestra muerte = 0).
Entendemos por felicidad la vivencia de un estado anímico alegre o positivo durante un periodo de tiempo e infelicidad la de un estado triste o negativo durante otro periodo.
1) Felicidad = Estado anímico * tiempo F = E·t 2) Estado anímico es la variación de la felicidad respecto al tiempo y por tanto, la derivada de la felicidad respecto al tiempo será igual al Estado anímico. 3) Felicidad por consiguiente será la integral del Estado anímico y al final de la vida dará como resultado cero. 4) Se puede definir la variación (derivada) del estado anímico respecto al tiempo como una especie de “aceleración de felicidad.
