Bad Bunny en CDMX: ¿cómo es la casita, escenario que utilizará en sus conciertos en el Estadio GNP?

Ocho noches consecutivas en el Estadio GNP Seguros  no son cualquier cosa. A partir del 10 de diciembre de 2025, Bad Bunny cerrará el año con lo que ya se perfila como uno de los eventos musicales más importantes en la historia reciente de México. Pero más allá de los 65 000 asistentes por fecha, de los sold-outs en minutos y del setlist explosivo, hay un elemento que ha robado cámara incluso antes de que Benito suba al escenario principal: La Casita.¿Qué es exactamente “La Casita”?Para quienes solo vieron el videoclip de “Debí tirar más fotos”, La Casita era simplemente la casa rosa pastel donde Bad Bunny reflexionaba sobre la nostalgia y el paso del tiempo. Para los que asistieron a los 31 shows de la residencia “No me quiero ir de aquí” en el Coliseo de Puerto Rico, se convirtió en mucho más: un segundo escenario íntimo, casi mágico, donde el Conejo Malo baja del espectáculo monumental y se transforma en el vecino que invita a todo el mundo a su porch.

En términos técnicos:

  • Mide 12.80 × 12.80 metros y 3.66 metros de alto.
  • El interior tiene capacidad para 30 personas; el balcón, 15 más; y el techo soporta hasta 20 performers o invitados.
  • Colores: rosa pastel en los muros, amarillo vibrante en marcos y cornisas.
  • Elementos típicos caribeños: marquesina abierta, sillas plásticas de colores, arcos que borran la frontera entre interior y exterior, plantas, y obras de artistas puertorriqueños locales.

En la CDMX, La Casita estará ubicada en la zona General B, justo en el césped, rodeada por miles de fans que —sin saberlo al comprar su boleto— terminaron ganando la lotería del concierto.

El origen: de Humacao al mundo

El diseño original pertenece a la artista y diseñadora de producción puertorriqueña Mayna Magruder Ortiz. La primera casita se construyó para el vídeo musical en una vivienda real de Humacao, en la costa este de Puerto Rico. Cuando Bad Bunny y su equipo vieron el resultado, decidieron que tenía que viajar.“Originalmente la hicimos solo para el vídeo”, contó Magruder a Architectural Digest México, “pero rápidamente nos dimos cuenta de que podía ser un espacio vivo en el concierto. Tuvimos que reforzar todo: el techo para bailarines, el piso para el peso de invitados, pero manteniendo cada detalle de esas casas que todos conocemos en la isla”. La inspiración es un híbrido poderoso: toma la planta de las casas de Levittown en Toa Baja —la primera urbanización planificada para veteranos de la Segunda Guerra Mundial en Puerto Rico en los años 50— y la cruza con la personalización que cada familia le fue dando con el tiempo: colores vivos, balcones ampliados, plantas colgantes, sillas de patio. Es, literalmente, la memoria colectiva de varias generaciones puertorriqueñas hecha escenario.

Acto 2: el momento que todos esperan

En el show, La Casita es el corazón del Acto 2. Ahí Bad Bunny llega caminando entre el público, sube al porch y comienza la parte más emotiva y festiva de la noche. El setlist que ha interpretado en este espacio (y que se espera igual o muy similar en México) incluye:

  • Veldá
  • Tití Me Preguntó
  • Neverita
  • Si Veo a tu Mamá
  • La Romana
  • Voy a Llevarte Pa PR
  • Me Porto Bonito
  • No Me Conoce
  • Bichiyal
  • Yo Perreo Sola
  • Efecto
  • Safaera
  • Diles
  • Mónaco
  • 25/8
  • Café con Ron
  • Ábreme Paso

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Es el momento de las versiones semi-acústicas, de los invitados sorpresa (en Puerto Rico y República Dominicana han subido desde familiares hasta artistas locales), de los coritos a capela con 65 000 personas. Es cuando el estadio se convierte en un barrio entero cantando.La polémica mexicana que nadie vio venirCuando salió a la venta la boletería para las ocho fechas en el GNP, el mapa del recinto no mostraba La Casita. Mucha gente pensó que solo viajaría el escenario principal y la pasarela. Los que compraron General B lo hicieron convencidos de que estarían “lejos”. Semanas después, OCESA confirmó: La Casita sí viene y estará justamente en General B. Resultado: euforia entre los que tienen boleto en esa zona y reclamos airados de quienes pagaron hasta cinco veces más por pits y zonas preferentes A. En redes sociales estalló el debate: “¡Me gasté 12 mil pesos para acabar atrás de La Casita!” vs “Los de General B ganaron la tómbola sin saberlo”.

Al cierre de esta nota, la reventa de General B se disparó y ya supera en algunos casos el precio original de platea preferente.

Más que un escenario: un puente cultural

Bad Bunny no trajo una casa cualquiera. Trajo la casa de la abuela, la del vecino que pone salsa a todo volumen los domingos, la del balcón donde se toman café y se cuentan chismes. La pintó de rosa y amarillo para que nadie olvide de dónde viene, y la puso en medio de los estadios más grandes del mundo para recordarle al planeta que la cultura caribeña también puede ser mainstream global. A partir del 10 de diciembre, durante ocho noches, el Estadio GNP Seguros se convertirá en un pedacito de Puerto Rico en el corazón de la Ciudad de México. Y quienes estén en General B no solo verán a Bad Bunny: estarán literalmente en su porch.

Bienvenidos a La Casita. Traigan sazón y buena vibra, que aquí cabe todo el mundo.


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