El origen de los disfraces en Halloween: De la antigua Samhain a la Noche Moderna de Brujas y Fantasmas

Imagina una noche fría de otoño en la antigua Irlanda, hace más de 2.000 años. Los celtas encienden hogueras gigantes para ahuyentar a los espíritus malignos que, según creían, vagaban libres entre los vivos. Para no ser reconocidos por estos fantasmas, se cubrían con pieles de animales y máscaras grotescas. ¿Suena familiar? Esta es la semilla de lo que hoy conocemos como disfrazarse en Halloween, una tradición que ha evolucionado de rituales paganos a una fiesta global de creatividad y diversión.

Raíces Celtas: Samhain, la Fiesta de los Muertos

La costumbre de disfrazarse en Halloween se remonta al festival celta de Samhain (pronunciado "sow-in"), celebrado el 31 de octubre para marcar el fin del verano y el inicio del año nuevo celta. Según historiadores como Ronald Hutton en su libro The Stations of the Sun (1996), Samhain era un tiempo liminal: el velo entre el mundo de los vivos y los muertos se adelgazaba, permitiendo que espíritus, hadas y demonios cruzaran al plano terrenal.

  • Disfraces como protección: Los celtas se disfrazaban con pieles de animales sacrificados, cabezas de bestias y carbón en la cara para imitar a los muertos y confundir a los espíritus malignos. "No era solo diversión; era supervivencia espiritual", explica la folklorista irlandesa Patricia Lysaght. Hogueras comunitarias iluminaban la noche, y las máscaras ayudaban a ahuyentar a entidades como los sidhe (hadas maliciosas).
  • Evidencia arqueológica: Restos de máscaras de cuero y cuernos encontrados en sitios celtas en Irlanda y Escocia datan del siglo V a.C., según estudios del Museo Nacional de Irlanda.

Esta práctica no era única de los celtas; tradiciones similares existían en otras culturas europeas paganas, como los romanos con su festival de Pomona (diosa de las frutas), donde se usaban disfraces frutales.

La Cristianización: All Hallows' Eve y el Sincretismo

Con la expansión del cristianismo en el siglo VIII, la Iglesia Católica intentó absorber festivales paganos. El papa Gregorio III designó el 1 de noviembre como Día de Todos los Santos (All Saints' Day), y la víspera se convirtió en All Hallows' Eve, que evolucionó a "Halloween".

  • Influencia medieval: En la Edad Media, la tradición de "souling" en Inglaterra e Irlanda involucraba a pobres disfrazados de almas del purgatorio pidiendo "pasteles de alma" a cambio de oraciones. Niños y adultos usaban máscaras para representar santos, ángeles o demonios. Crónicas del siglo XIV, como las de John Mirk, describen procesiones con disfraces en la víspera de Todos los Santos.
  • Guising en Escocia: En el siglo XVI, el "guising" (disfrazarse para pedir comida) se popularizó. Los disfrazados recitaban versos o trucos a cambio de nueces o frutas, un precursor directo del "truco o trato".

La persecución de brujas en Europa (siglos XV-XVII) añadió elementos de terror: disfraces de brujas y demonios reflejaban miedos reales, como documentado en los juicios de Salem (1692), que influyeron en la imaginería estadounidense.

La Llegada a América: Inmigrantes y comercialización

Halloween cruzó el Atlántico con inmigrantes irlandeses y escoceses durante la Gran Hambruna de la Papa (1840s). En EE.UU., la fiesta se fusionó con tradiciones nativas americanas y se secularizó.

  • Siglo XIX: Fiestas de Halloween en Nueva Inglaterra incluían disfraces caseros de fantasmas y esqueletos. Revistas como Godey's Lady's Book (1850s) promovían "disfrazarse como personajes históricos o míticos".
  • Boom del siglo XX: En los 1930s, con la Gran Depresión, empresas como Dennison's y Beistle comercializaron disfraces de papel crepé. La posguerra vio el auge de personajes pop: Superman (1938) y Disney. Hoy, el mercado global de disfraces supera los 3.000 millones de dólares anuales, según la National Retail Federation.

En México, el sincretismo con el Día de Muertos añade calaveras y catrinas, mostrando cómo Halloween se adapta localmente.

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Halloween Hoy: De lo Espiritual a lo Pop

Ahora disfrazarse es universal: desde niños como superhéroes hasta adultos en fiestas temáticas en Japón (donde Halloween es un evento de cosplay desde los 1990s). Estudios de la Universidad de Harvard (2023) indican que el 70% de los estadounidenses se disfraza, impulsado por redes sociales como TikTok.

  • Evolución cultural: Disfraces reflejan sociedad – en 2020, máscaras COVID se integraron; en 2024, IA generativa crea disfrazces personalizados.
  • Críticas y preservación: Algunos puristas celtas en Irlanda reviven Samhain con disfraces tradicionales en festivales como el Púca Festival en Trim.

El disfraz de Halloween nació de la necesidad ancestral de protegerse de lo desconocido en Samhain, se cristianizó en la Edad Media y se globalizó en la era moderna. No es solo ropa: es un puente entre pasado y presente, miedo y diversión. Esta noche, al ponerte esa capa de vampiro o máscara de zombie, recuerda: estás continuando un ritual de miles de años. ¡Feliz Halloween!


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