A juzgar por títulos de canciones como “Cachete a Cachete” y “El Disco Anal”, estarías en lo cierto al suponer que el exitoso segundo álbum de
Los Amigos Invisibles estaba ligeramente obsesionado con los placeres de la carne. Los conciertos en vivo del sexteto venezolano de finales de los 90 (una época más feliz, cuando el guitarrista y genio subestimado
José Luis Pardo todavía estaba a bordo) se volvieron legendarios por su mezcla dionisíaca de disco, mambo y ultra-funk decadente. Pero Los Amigos también canalizaron a Jobim en la sedosa bossa “Las Lycras del Ávila” y celebraron la inocencia del lounge en “Mango Cool”. Con un hilarante rap del percusionista Mauricio Arcas, “Ponerte En Cuatro” se burló del machismo mientras iluminaba la pista de baile. En el mejor de los casos, Los Amigos son la banda de fiesta definitiva, pero con una capa subterránea de arrepentimiento.