Robar y ser sobado: ¿Es cuestión de oportunidad o simple malicia?

Ser amante de lo ajeno, ¿Cuántas veces no hemos pensado?: “no manches, esto está mal puesto, me lo podría robar si quisiera”, y pues eso, un simple pensamiento intrusivo al notar que algún objeto o que una persona ha sido descuidada con sus pertenencias, pero nada más… NO lo robas y si tienes oportunidad hasta le haces notar a esa persona el peligro de la situación con un simple: “ten cuidado, te lo podrían robar”.

Sin entrar en la eterna discusión moral de: “es que roban por necesidad”, lo cual, a titulo personal resulta ser un argumento completamente estúpido, lo cierto es que, para que un robo suceda se deben dar ciertas condiciones tales como: facilidad de escape, ingenuidad o confianza de la víctima, sensación de poder controlar la situación y por supuesto, la practicidad del objeto mismo a robar, es decir, no es lo mismo tomar un celular que esta sobre una mesa en un momento de distracción del propietario, a por ejemplo entrar a un domicilio y llevarse un automóvil.

Pero, todas estas condicionantes nos llevan a una pregunta aún más compleja: ¿Se roba por malicia o porque simplemente se puede?, para esclarecer esta duda, atendamos de una vez el trastorno de la cleptomanía, este comportamiento, según las investigaciones y resultados del argot clínico psicológico, consiste en que los individuos experimentan un impulso o “deseo” incontrolable por tomar objetos ajenos, sin importar que estos tengan una utilidad para ellos o un valor económico como tal, estas personas pueden robar desde un encendedor de cinco pesos, hasta un par de joyas costosas y estrafalarias, no por causar algún mal, sino, sencillamente porque su “subconsciente” tiene las ganas de hacerlo.

Los episodios de cleptomanía son completamente espontáneos, puede suceder en un lugar publico o en el hogar de algún familiar o conocido, aunque comúnmente son más los casos del primer tipo, como tal no se tiene una causa especifica que provoque esta condición, pero, se tiene registro de que se desarrolla a la par de trastornos obsesivos compulsivos, que muy frecuentemente los cleptómanos son adictos al alcohol, al cigarro y que es más común en mujeres que hombres, con una relación de tres mujeres por cada un hombre.


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Ahora, relacionado a esto… ¿te has dado cuenta de que hay lugares en los que suele haber más robos?, como si los ladrones abundaran en ciertos lugares y en otros no, bueno, en este sentido abordaremos la cuestión de: “robamos porque podemos”, comúnmente el mayor numero de robos se suele dar en “espacios de transición”, es decir, lugares en los que no pasamos mayor tiempo del necesario, como: transporte público, calles, trasbordos, carreteras, etc. Este tipo de lugares presentan dos facilidades para cometer el robo: la primera es la facilidad para retirarse o escapar, ya que, todas las vías de flujo están marcadas y la segunda es la aglomeración o ausencia de personas que suele haber en estos sitios, es decir, entre más gente es más difícil identificar quien fue y entre menos gente es menos probable que alguien te ayude en caso de pedirlo.

Con relación a esto, los lugares en dónde el robo es menos probable, son los de tipo “espacio compartido”, es decir: oficinas comunitarias, gimnasios, condominios privados, lounge’s reservados, etc. Esto se debe al ambiente de confianza generado por la exclusividad y al sentimiento de pertenencia comunitaria, por ejemplo: cuando en un gimnasio ves por ahí un par de audífonos, un celular, una prenda de vestir, algún objeto ajeno al mobiliario del lugar, de inmediato piensas: “ok, deben ser de alguien que esta aquí y como no sé de quien exactamente, es probable que me este viendo”, este pensamiento anula de manera automática el impulso de tomar el objeto en cuestión, ya que, el sentirse observado, no tener certeza de quien y en mayor instancia, el hecho de ser parte de “la misma manada” (por decirlo de alguna manera), hasta nos motiva a cuidar los objetos, por ejemplo de alguna caída si están en un lugar de riesgo. Así el objeto NO sea de nadie y pase todo el día a su suerte, es muy poco probable que sea robado en este tipo de lugares.

Entonces… luego de todo lo visto, ¿tú qué opinas?, ¿las personas que roban lo hacen por que quieren o porque tienen la oportunidad de hacerlo?, por un lado ya hemos visto que trastornos de conducta como la cleptomanía nos puede llevar a hacer sin mayor complicación, pero, también que el sentirnos parte de una comunidad o al menos el ser observados nos desactiva por completo el impulso mismo, cuestión de condiciones o malicia… lo único real en este caso es que, en nosotros mismos está la responsabilidad de no tomar lo que evidentemente NO es nuestro.

JR Brindiz

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