Kraftwerk, emblema de la música electrónica y un grupo cuya influencia traspasó épocas y géneros, ha perdido a uno de sus dos cofundadores, Florian Schneider, a los 73 años. Kraftwerk nació en 1970 junto a Ralf Hütter mientras ambos estudiaban Bellas Artes. Ambos provenían de la escena de música improvisada. Schneider era flautista con un curioso interés por los efectos que podía conseguir gracias a la electrónica. La improvisación todavía era su principal planteamiento sonoro en sus dos primeros discos homónimos, pero en su tercer álbum los sintetizadores y las cajas de ritmo asumieron un primer plano, hasta cristalizar en su primer gran éxito, Autobahn. Marcaba el inicio de un camino en el que seguirían Trans-Europe Express, The Man Machine o el sencillo Tour de France.
Kraftwerk no solo abrió el camino de numerosos grupos electrónicos, sino que hicieron posible el viraje a las máquinas de numerosos grupos pop, dejaron su huella en la música de baile que luego se conocería como techno y fueron decisivos en la primera escena hip hop. David Bowie reconoció en público su deuda con el grupo y con Schneider en particular, recurriendo a su apellido para bautizar un tema instrumental de su álbum clásico Heroes.