En un mundo dominado por el streaming y los archivos digitales, un enemigo invisible acecha en las sombras de los archivos: la degradación de las cintas magnéticas. La UNESCO, en colaboración con la Asociación Internacional de Archivos Sonoros y Audiovisuales (IASA), ha lanzado un ultimátum global que resuena con urgencia en México. A partir de 2025, inicia la extinción masiva de los contenidos en cintas y casetes no estabilizados ni digitalizados, poniendo en riesgo décadas de historia sonora registrada en estos soportes analógicos.
La Fonoteca Nacional de la Secretaría de Cultura ha elevado la voz de alarma, llamando a la sociedad y a las instituciones a actuar de inmediato. "La alerta de cintas magnéticas lanzada por la UNESCO en 2019 indica que a partir de 2025, todas aquellas cintas magnéticas que no estén estabilizadas [con temperatura y humedad controladas] y que además no hayan sido digitalizadas, van a comenzar a perderse en sus contenidos", advirtió Margarita Sosa Suárez, directora de Conservación y Documentación Sonora de la Fonoteca.
Este ultimátum no es una exageración apocalíptica, sino el resultado del proyecto Magnetic Tape Alert, impulsado por el Programa Información para Todos (PIPT) de la UNESCO e IASA. La iniciativa surgió ante la inminente obsolescencia de los formatos de cinta magnética de audio y video, que han capturado gran parte del conocimiento humano y la diversidad cultural de los últimos 60 años. La transferencia rutinaria de estos documentos terminará alrededor de 2025, debido a la rápida desaparición de piezas de repuesto y servicios de mantenimiento para equipos analógicos. Sin ellos, el acceso a estos contenidos se vuelve imposible, a menos que se digitalicen y transfieran a repositorios seguros.
Un reto doble: Degradación física y obsolescencia tecnológica
El desafío es doble y letal. Por un lado, la degradación física del soporte avanza de manera silenciosa e implacable. "Las cintas magnéticas son especialmente vulnerables al deterioro por factores ambientales y biológicos", explica Sosa Suárez. Hongos que se alimentan del material y el "síndrome del vinagre" –un proceso químico en el que el soporte de acetato se descompone, liberando ácido acético con un olor característico– no solo destruyen la cinta afectada, sino que pueden contaminar otras. Para combatir estos agentes invisibles, la Fonoteca se rige por las normas de IASA y prioriza la estabilización física: control estricto de temperatura y humedad en sus bóvedas. Pero el segundo frente es igualmente crítico: la escasez de equipos profesionales para reproducción y digitalización. "Prácticamente nadie en el mundo los fabrica ya", señala la especialista. Sin máquinas funcionales, incluso las cintas en buen estado físico quedan mudas. "Todo ese conocimiento que no se digitalice hasta este año se va a perder. Sí, va a comenzar ese peligro de extinción del soporte físico, y después nos vamos a quedar con el digital, que es todavía más frágil", enfatiza Sosa Suárez.
Ironía del progreso: los archivos digitales nativos, nacidos en la era de la computación, son aún más vulnerables que los analógicos y requieren resguardo constante. "Están mucho más seguros aquí que en cualquier dispositivo de almacenamiento o computadora", asegura.
La P}prioridad de la Fonoteca: Rescatar lo I}invaluable
La Fonoteca Nacional no es una mera bodega; es un acervo dinámico con misión clara: rescatar, preservar y difundir la memoria sonora de México. Impulsada por la alerta de la UNESCO y la Ley de Archivos en México –que protege documentos históricos en cualquier soporte–, la institución ha reorientado sus prioridades. Las cintas de carrete abierto y casetes encabezan la lista de ingresos urgentes, seguidos de soportes históricos raros como cilindros de cera (del siglo XIX), discos de corte directo y hilos magnéticos (usados en la Segunda Guerra Mundial). Su valor trasciende el contenido: son testigos de la evolución tecnológica. Una valoración curatorial rigurosa evita duplicados o material comercial accesible en otros medios. Se privilegian grabaciones de historia nacional, música de culturas indígenas y la diversidad lingüística del país, con más de 68 lenguas y 364 variantes. Estas bóvedas resguardan miles de horas de patrimonio: voces de personajes históricos, paisajes sonoros cotidianos y expresiones artísticas experimentales. No son complementos de la historia escrita, sino fuentes científicas y culturales que moldean el imaginario colectivo.
Un testimonio en riesgo: El caso de la lengua Apache
Nada ilustra mejor la urgencia que el caso de la lengua N D E (Apache). Un joven de la comunidad, con apenas 30 hablantes en México, acudió a la Fonoteca con grabaciones hechas en teléfono celular –un soporte técnicamente precario–. A pesar de la baja calidad, la institución las aceptó. "Esos son los ejemplos de cuando el contenido importa más que cualquier otra cosa. Es una grabación de celular, pues sí, pero está aquí un testimonio... Y la Fonoteca fue la primera institución que les abrió las puertas", relata Sosa Suárez. Este acto no solo preservó el archivo; ayudó a la comunidad a obtener reconocimiento oficial del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI). Es un recordatorio de que la Fonoteca es guardiana de la identidad auditiva nacional, asegurando que generaciones futuras escuchen las voces que definen quiénes somos.
Llamado a la acción: No dejemos que el silencio gane
La Fonoteca fomenta una cultura de la escucha mediante eventos académicos y artísticos gratuitos, invitando a nuevas generaciones a valorar el sonido como recurso informativo. La invitación es abierta: instituciones y personas físicas pueden acercar material en riesgo de pérdida.Fonoteca Nacional
Casa Alvarado, Coyoacán, Ciudad de México
Lunes a viernes: 9:00 a 19:00 horas
Sábados: 9:00 a 18:00 horas
Audioteca Octavio Paz (Biblioteca Salvador Novo)
Lunes a viernes: 10:00 a 15:00 horas / 16:00 a 19:00 horas En esta carrera contra el tiempo, cada cinta salvada es una victoria sobre el olvido. La extinción masiva ha comenzado; depende de nosotros detenerla.