Hablar del “Vocho” en México, es hablar de un pedazo de historia, desde recordar los finales de los 90’s, en el entonces Distrito Federal, el cual, era tapizado día tras día con el mítico color verde de esos “escarabajos” que la hacían de ruleteros a través de la caótica chilangolandia, o bien, porque en nuestra familia alguien o inclusive nosotros mismos tuvimos uno, el cual, nos llevó seguramente a unas vacaciones inolvidables en nuestra vida.
Uno de esos autos que, sin saberlo, fueron diseñados no solo para funcionar como transporte particular, sino, para trascender a través de la cultura popular, inclusive más allá del milenio en el cual fue creado, y es que, en pleno 2021, aún se pueden ver circulando a estos monstruos “devora caminos”, algunos en perfectas condiciones presumiendo su placa de vehículo antiguo y otros tantos con más pena que gloria, pero, aún dando todo de sí en cada kilómetro.
Sin duda, unos verdaderos titanes del asfalto, pero… alguna vez te has puesto a pensar ¿Por qué son tan poderosos? Y aún peor, ¿Cómo es que un auto que data de mediados del siglo pasado es mejor que el famosísimo Tesla de Elon Musk?, sí… yo sé que tal vez en este momento estés pensando que se trata de un chiste, pero… créeme, esta nota no se publicó un veintiocho de diciembre (si eres fan de Tesla, esto no te va a gustar).
Por supuesto, entendiendo los avances tecnológicos con los que cuenta un Tesla, tales como: piloto automático, un gran rendimiento km/ uso de energía, ser eléctrico y demás, debemos tener claro que al final del día también cuenta con un motor, y que, muchas veces los avances no siempre se dan de la misma manera en todos los aspectos, en concreto, el motor de un Tesla esta diseñado para alcanzar grandes velocidades, eso esta claro y comprobado, ya que, está constituido con base en el modelo “torque”, característica que representa la fuerza o capacidad de un auto para moverse a si mismo.
Por otro lado, el “Vocho”, fue diseñado para ser un auto duradero, recordando que fue construido bajo la influencia del Tercer Reich y todo lo que eso conlleva en el sentido filosófico de la producción alemana, es decir, había que mostrar el músculo, demostrar que en Alemania se hacen cosas buenas, por ende, el motor del “Vocho” fue constituido enfocándose en lograr una mejor tracción.
Sí recordamos una de las características obvias del “Vocho”, es que el motor se encuentra montado en la parte trasera de la estructura, esto, no es cuestión de estética, sino, de proveer directamente la fuerza al eje trasero (el eje de propulsión), esto aunado al peso mismo que el motor ejerce en el eje trasero, lo cual, nos otorga un mayor agarre por efecto de la gravedad misma, es decir, a mayor peso, mejor agarre al suelo.
A esto último debemos sumarle los componentes de la transmisión del “Vocho”, la cual, contiene engranes grandes, condición que limita la cantidad de ciclos que se pueden completar en determinado tiempo, es decir, no alcanza grandes velocidades, pero, sí posee mayor resistencia cuando se enfrenta a fuerzas de resistencia externa, como es el caso de subir una pendiente empinada, como las que puede haber en un cerro.
En conclusión, en unos arrancones, sin que existan modificaciones de por medio, un “Vocho” no tiene nada que hacer frente a un Tesla, como ya vimos, por el factor velocidad (revoluciones mismas del motor) y también en términos de aerodinámica, pero, si a un Tesla lo ponemos cara a cara contra un “Vocho”, para ver, cual de los dos puede subir un cerro de tantos que existen en la geografía nacional, sin duda, tendremos que llamar a Elon Musk para que nos haga valida la garantía de reembolso.