La fiebre de los autos “Made in China” en México pierde impulso

En los últimos años, los autos de manufactura china encontraron en México un mercado prometedor, alcanzando en 2024 una participación del 21.3% en las ventas de vehículos nuevos, es decir, uno de cada cinco autos vendidos en el país provenía del gigante asiático. Sin embargo, esta tendencia muestra signos de enfriamiento. En lo que va de 2025, la cuota de mercado de estos vehículos ha caído al 19.9%, y los expertos anticipan que esta disminución continuará en los próximos meses debido a diversos factores que han mermado su posicionamiento.

Desafíos logísticos y de posventa

Eric Ramírez, director para América Latina y el Caribe de Urban Science, señala que uno de los principales problemas de las marcas chinas ha sido su ambicioso enfoque en ventas sin una consolidación adecuada de su red de posventa y refacciones. “Por esa laxitud o ambición de crecer muy rápidamente, empezaron a cometer errores. La industria automotriz en México necesita inmediatez”, explica Ramírez. Las quejas en redes sociales sobre largos tiempos de espera para refacciones han dañado la reputación de marcas como Chirey y MG, lo que ha llevado a estas empresas a buscar alianzas logísticas con compañías como DHL para agilizar la creación de inventarios.

El impacto de estas carencias se refleja en las ventas. Por ejemplo, el MG5, que en 2024 fue el séptimo modelo más vendido en México, ha caído al noveno lugar en 2025, según datos del Inegi. Esto ha arrastrado a MG del séptimo al décimo puesto entre las marcas con mayores volúmenes de ventas en el país.

Un contexto global adverso

El panorama para los autos chinos en México contrasta con el éxito que tuvieron en 2022, cuando el país enfrentaba una crisis de inventarios por la pandemia de COVID-19 y China había recuperado su capacidad productiva. Sin embargo, ese escenario ha cambiado. La industria automotriz global se ha estabilizado, y México enfrenta ahora presiones externas, especialmente por la guerra comercial impulsada por Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump.

El regreso de Trump a la Casa Blanca ha intensificado las tensiones con China, afectando directamente al sector automotriz. “Desde enero, el enemigo público de Trump es claro, y está presionando a Canadá y a México para que suban los aranceles a los autos chinos”, afirma Ramírez. En México, la Cámara de Diputados ha discutido propuestas para incrementar los aranceles a vehículos chinos, y desde septiembre de 2024 se eliminó el estímulo que permitía la importación libre de vehículos eléctricos de países sin tratado de libre comercio, como China.

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Retiro de marcas y distribuidores

El entorno adverso ha llevado a algunas marcas chinas a abandonar el mercado mexicano. Un caso notable es el de Neta, propiedad de Hozon Auto, que incursionó en México en septiembre de 2024 con autos eléctricos, pero cerró operaciones en noviembre del mismo año, eliminando toda presencia en redes sociales. Ramírez estima que al menos 20 distribuidores han “devuelto las llaves” en los últimos cinco años, un término que describe la decisión de abandonar el negocio al no encontrar rentabilidad en un plazo de seis meses a un año.

Un futuro incierto

Con una combinación de problemas logísticos, percepciones negativas del consumidor y presiones geopolíticas, el panorama para los autos “Made in China” en México se torna cada vez más complicado. Aunque marcas como Chirey y MG buscan adaptarse, la falta de una red de posventa sólida y la incertidumbre en el mercado internacional podrían seguir limitando su crecimiento. Los especialistas coinciden en que, sin cambios significativos, la fiebre por los autos chinos en México continuará enfriándose en lo que resta de 2025.


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