Cual es el origen de la frase: Agarra la jarra

En el vibrante mosaico de expresiones populares que colorean el habla mexicana, pocas frases resuenan con tanta fuerza en el ambiente festivo como "¡Agarra la jarra!". Esta expresión, que invita a tomar una bebida con entusiasmo y, a menudo, a prolongar la celebración más allá de lo prudente, es un ícono del léxico nacional. Pero, ¿de dónde viene esta frase que se ha arraigado en el corazón de las fiestas mexicanas? Una pista fascinante apunta a un comercial de Bacardí de 1977, cuya chispa publicitaria pudo haber encendido un fenómeno cultural.

Un comercial que marcó época

Corría el año 1977, una era dorada para la publicidad televisiva en México, cuando un comercial de Bacardí irrumpió en las pantallas. En él, un grupo de amigos, envueltos en un ambiente de camaradería, levantaba jarras rebosantes de ron mezclado con refresco de cola, es decir, la famosa "Cuba libre". Con un tono desenfadado y festivo, los protagonistas invitaban al espectador a "agarrar la jarra", una llamada a unirse a la celebración sin reservas. El impacto en el imaginario colectivo mexicano es innegable. En una época donde los anuncios de bebidas alcohólicas moldeaban tendencias, esta campaña sembró la semilla de una expresión que trascendería generaciones.

La jarra, ese recipiente grande y compartido, se convirtió en un símbolo de la fiesta mexicana: un contenedor de risas, brindis y, en ocasiones, excesos. Con el tiempo, "agarrar la jarra" dejó de ser solo una invitación a tomar un trago para transformarse en una metáfora de la borrachera prolongada, esa que lleva a alguien a "seguirla" durante días, como dicen en el argot mexicano. La frase capturó el espíritu de las largas noches de fiesta, las charlas interminables en cantinas y las reuniones donde el reloj parece detenerse.

Del comercial al lenguaje popular

El salto del comercial al lenguaje cotidiano no es un fenómeno nuevo en México. Expresiones como "¡Échale un ojo!" o "¡Tómala!" han surgido de campañas publicitarias que resuenan con la chispa y el humor del mexicano. En el caso de "Agarra la jarra", el contexto de los años 70, con una cultura de cantinas y una creciente popularidad de las bebidas mezcladas, proporcionó el terreno fértil para que la frase echara raíces. La publicidad de Bacardí, conocida por su creatividad y conexión emocional, habría aprovechado esta atmósfera para posicionar el ron como el alma de la fiesta, y la jarra como su estandarte.

Carlos Ramírez, un historiador cultural entrevistado para este reportaje, explica: "En los 70, los comerciales no solo vendían productos, sino estilos de vida. Un anuncio de Bacardí con un mensaje tan directo como ‘agarrar la jarra’ pudo haber calado porque reflejaba la manera en que los mexicanos vivían la fiesta: con generosidad, desinhibición y un toque de humor".

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La Jarra en la cultura moderna

Hoy, "Agarra la jarra" es mucho más que una frase; es un código social. En bares, reuniones familiares, se escucha como un grito de guerra para animar a los presentes a sumarse al jolgorio. La Secretaría de Turismo, en un guiño a la cultura popular, ha reconocido el valor de estas expresiones para conectar con el público joven, aunque no hay evidencia de que "Agarra la jarra" haya sido adoptada oficialmente en campañas turísticas. Sin embargo, en destinos como los Pueblos Mágicos, donde la convivencia y el turismo van de la mano, la frase resuena en las noches de música y mezcal.

La frase encapsula el espíritu mexicano: la alegría de compartir, la espontaneidad y, a veces, el desenfreno. En un país donde la fiesta es un arte, "Agarra la jarra" sigue siendo un recordatorio de que, a veces, lo mejor es dejarse llevar, tomar la jarra y brindar por la vida. Eso sí, con moderación... o no, dependiendo de la ocasión.


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