La película \"Yo, Robot" hizo que muchos, en su momento, temieran que los robots desarrollados por la humanidad llegaran, algún día, a revelarse contra la raza humana. Ahora, las alarmas se han encendido con las inteligencias artificiales (IA), aunque con un miedo diferente.
A diferencia de los temores que se tenían hace años respecto a las innovaciones tecnológicas, hoy en día el más grande temor y sospechas que cae sobre las llamadas inteligencias artificiales tienen que ver con su supuesta capacidad para reemplazar a las personas en diferentes trabajos.
El temor, sin duda alguna, ha aumentado luego de que hace un tiempo el Foro Económico Mundial advirtiera que, en un futuro no muy lejano, terminarían por quedarse sin empleo alrededor de 300 millones de personas a nivel mundial tras la implementación de las inteligencias artificiales por parte de las empresas.
Al respecto, y según la IA ChatGPT sobre los trabajos que van a desaparecer en los próximos 10 años, esto es lo que dijo:
• Trabajos repetitivos y rutinarios: las tareas que implican una repetición constante y predecible son susceptibles de ser automatizadas. Esto incluye trabajos en la línea de montaje, operaciones de cajeros y algunas funciones administrativas.
• Conductores y operadores de vehículos: con el avance de los vehículos autónomos, es probable que los trabajos de conductores de camiones, taxis y otros vehículos se vean afectados. La conducción automatizada puede aumentar la eficiencia y reducir los errores humanos.
• Algunas funciones de atención al cliente: con la mejora en el procesamiento del lenguaje natural y los chatbots, es posible que algunas tareas de atención al cliente, como respuestas a consultas frecuentes o soporte básico, sean asumidas por sistemas automatizados.
• Trabajos en el sector financiero: muchas tareas en el sector financiero, como el análisis de datos y la evaluación de riesgos, pueden ser realizadas con mayor precisión y velocidad por sistemas de IA. Esto podría afectar a algunos trabajos en banca, seguros y contabilidad.
• Trabajos en el campo de la medicina: algunas tareas de diagnóstico y análisis de imágenes médicas podrían ser asistidas o automatizadas por sistemas de IA, lo que podría afectar a radiólogos y otros profesionales de la salud. Sin embargo, es importante destacar que la IA también puede mejorar la precisión y eficiencia en el campo médico.
Con todo, hay que tener en cuenta que las IA, en realidad, no son más que tecnologías que procesan textos e instrucciones que un humano les tiene que dar, por lo que dependerán siempre de la inteligencia humana para poder operar. ( O eso creemos)
Además, no se debe perder de vista que las inteligencias artificiales, por más innovadoras que estas sean, no dejarán de ser invenciones del ser humano y, como tales, pueden cometer múltiples errores, aunque la IA nunca descansa y aprende de ellos.
Asimismo, habrá que señalar que se espera que estos trabajos que pueden ser sustituidos con IA lo serán, primeramente, en los países desarrollados, es decir, en aquellos que tienen la capacidad para implementar estas tecnologías a sus procesos.
Por último, hay trabajos que, por más avanzada que sea la IA, no podrán nunca sustituir a las personas, pues hay algunas, sobre todo, que requieren de sentimientos y otras habilidades netamente humanas que solamente las personas son capaces de tener y no una máquina.
La inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de brindar una serie de beneficios y mejoras en diversos ámbitos de la sociedad, sin embargo, también es importante considerar los posibles riesgos y desafíos asociados con su desarrollo y aplicación. A continuación, se presentan algunos de los riesgos más destacados:
• Desplazamiento laboral: La IA y la automatización podrían llevar a la pérdida de empleos en ciertas áreas.
• Sesgos y discriminación: Los sistemas de IA pueden verse afectados por sesgos inherentes a los datos utilizados para entrenarlos. Esto podría conducir a decisiones discriminatorias en áreas como contratación, crédito o justicia.
• Privacidad y seguridad de los datos: La IA implica el procesamiento y análisis de grandes cantidades de datos personales.
• Dependencia excesiva de la IA: Si confiamos demasiado en la IA y delegamos decisiones importantes a los sistemas automatizados sin una supervisión adecuada, podríamos correr el riesgo de perder el control y la capacidad de tomar decisiones críticas por nosotros mismos.
• Riesgo de superinteligencia: En un escenario hipotético, si se desarrolla una IA superinteligente que supere ampliamente las capacidades humanas, podría plantear un riesgo existencial. La IA podría tener objetivos diferentes o incompatibles con los de la humanidad, lo que podría dar lugar a resultados impredecibles o indeseables. (Como Terminator, no es boma)
Es importante abordar estos riesgos mediante la implementación de regulaciones, políticas y prácticas responsables que promuevan la transparencia, la ética y el uso beneficioso de la IA. El enfoque debe ser equilibrado, aprovechando los beneficios de la IA mientras se mitigar sus riesgos potenciales.