El álbum Caifanes cumple 36 años

Ciudad de México, 28 de agosto, 1987. Caminando sobre Insurgentes Sur, su servibar, en compañía de Juanito Farias y "el Edgar" nos dirigimos a Rockotitlán, un recinto creado por los hermanos Arau, Sergio y Fernando, como un espacio alternativo para bandas que no encontraban oportunidad otros foros. Ahí compramos boletos para poder ver en vivo a una de las mejores bandas que la están rompiendo este año: Neón. Los tres adoptamos el look de los integrantes de la banda, su corte de cabello y lentes redondos.

Ah, por cierto, también tocaba Caifanes. 

"Pinches Caifanes no traen" decíamos, sin saber que estábamos presenciando el nacimiento de una de las bandas seminales del rock en español.  "Mátenme porque me muero", "Te estoy mirando y "Viento"" formaron parte del setlist.

Al final de la presentación todos quedamos, no podíamos creerlo, estábamos muy, muy equivocados, Caifanes se nos quedó en el alma desde entonces. La noche del 11 de abril en Rockotitlán nos marcó para siempre.

El 28 de agosto de 1988, Caifanes presentó su primera producción discográfica, álbum homónimo en el que incluyeron algunos temas que más tarde se convertirían en himnos después de 32 años, son parte importante del catálogo dorado del llamado rock en español.

Saúl Hernández, Sabo Romo, Diego Herrera y Alfonso André llegaron a la escena musical con un estilo original que los convertiría en referentes de un género que estaba en pleno auge.

Los Caifanes se hicieron un nombre en la historia del rock en español, generándose un status de culto. Musicalmente, Caifanes son como una especie de viaje de ácido que fusionó el rock gótico y dark que hacían grupos como The Cure, Joy Division y Bauhaus con la música tradicional mexicana sustentada por la poesía mística llena de metáforas de Saúl Hernandez.

Matenme porque Me Muero, una de las magnus opus de este trabajo que mantiene esta conexión con la muerte y que culmina de manera lúgubre y con ese feedback de guitarra simulando la muerte abrupta. 

Cuéntame tu Vida interpretada de manera quejumbrosa, oscura y le pide a su amigo que lo acompaña que le cuente su vida como metaforizando al suicidio.

¿Será Por Eso? narrando la vida de ingreso en un manicomio y todo lo que implica estar allí.

Viento puntea atmosféricamente hablando del amor y la muerte en un corte que resume todo el estilo de la banda.

Nunca me voy a Transformar en Tí y su influencia a sonidos al estilo The Police.

Amanence retoma la vena oscura del disco con un teclado atmosférico y un sonido acelerado.

La Bestia Humana y su explosión de teclados aparece punteando una guitara tocada por Gustavo Cerati.

Nada cierra el disco con una sutil y melancólica melodía.

La banda, con este álbum, alzó el rock mexicano dentro del mapa musical de habla hispana, que en ese entonces, dominaban los artistas españoles y argentinos. Además, las disqueras locales empezaron a creer y a firmar a grupos locales gracias a este trabajo.


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