Sendero del Oso: Algunas cuestiones para entender el sector eléctrico

Por Said Flores Alonso

@saidfa_

Una de las tendencias en el sector energético en materia eléctrica es la repetición sistemática de argumentos que se encuentran articulados dentro de una narrativa simple. Es una acción que se da tanto por defensores como detractores de las políticas energéticas de la nueva administración representada por Andrés Manuel López Obrador.

Por supuesto, se trata de un debate ideológico y contaminado por enormes intereses económicos y políticos, pero, el fondo es la respuesta a la interrogante de en dónde debe recaer la dirección de la política energética ¿el Estado o el “libre mercado”?

Si la energía debe ser limpia, renovable, sostenible y eficiente, es un asunto que, en la forma se encumbra como el tema principal a discutir, pero en el fondo es secundario para los tomadores de decisión en el ámbito político, y también en el económico.

Es interesante observar que son pocos los planteamientos que realmente se realizan con una mayor precisión en los datos dentro del sector, la mayoría quedan redondeados en la primera capa del iceberg, puntualizando en los costos de la generación y el desarrollo tecnológico que brinda eficiencia sobre los viejos procesos industriales.

Me parece que una pequeña ronda de preguntas puede acercarnos a un debate más preciso sobre la tendencia que se debe seguir en la generación eléctrica:

¿Quién asume el costo de inversión en el desarrollo, mantenimiento y sostenimiento de la Red Nacional de Transmisión y de las redes generales de Distribución? ¿Porqué sus costos hundidos y variables no son tomados en cuenta en el cálculo dispar que se hace para definir la tarifa de transmisión para los “pequeños” generadores de “energías limpias"?

¿Por qué, si el proyecto que impulsan los privados urge a una desregularización en el sector para que impere el libre mercado, la CFE es la única que debe asumir las peores condiciones, por ejemplo: obligación de compra a terceros en contratos leoninos por su temporalidad y condiciones?

¿Cuál es la huella hídrica y de carbono de las plantas solares, eólicas y de otras fuentes “renovables” de energía eléctrica, partiendo desde la producción industrial de los componentes de la cadena de valor en que participan?

¿Cuáles son los costos reales y desglosados de toda la cadena productiva de la generación de energía eléctrica de fuentes renovables?

¿Cuánto cuesta la eficiencia de las renovables en el hipotético caso de verse imposibilitados a vender con preferencia en el Mercado Eléctrico Mayorista?, ¿Cuánto cuesta reducir la pérdida por intermitencia en el mismo escenario?

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Dejando de lado las inversiones en centros de carga y plantas generadoras, ¿Cuánto ha invertido realmente la iniciativa privada en nuestro país para el desarrollo del mercado eléctrico? ¿Cuánto se ha invertido con capital privado en gasoductos, ampliación de la red de transporte y distribución?

A reserva de que los expertos en el sector atiendan a estas cuestiones, parece ser que el principal problema de la actual administración recae en el órgano regulador del sector; las condiciones desventajosas para las generadoras del Estado y en una cosa que se llama Estricta Separación Legal, que obliga y encamina la dinámica burocrática al interior de la CFE a un canibalismo económico en el que las subsidiarias y el corporativo compiten entre sí en una gigantesca simulación de indicadores y metas “estratégicas” que hacen perder de vista a sus trabajadores que mientras más productivas son las subsidiarias y filiales cobrándose entre sí, mayor es el daño que le hacen a la Empresa Estatal.

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de renegado.tv


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