Drunk tank pink - Shame

Drunk tank pink es el segundo álbum del grupo británico Shame, una colección de 11 pistas con adelantos como Alphabet, Nigel Hitter, Water in the well y Snow day.

No es fácil imaginarse a Charlie Steen, líder de shame, subiéndose a un escenario como un ser inerte, pero las apariencias engañan. De hecho es muy difícil. Pero desde luego esta quote extraída de «Drunk Tank Pink» (Dead Oceans, 2021), segundo álbum de los británicos, no es aleatoria. Para un vato de 22 años, que confiesa escribir pensando en cuándo va a cantar en directo, que ha acumulado 172 shows en los últimos dos años y que ha vivido la mediatización hiperbólica en un período de tiempo relativamente corto, lo normal es que le acabe pasando factura; sobre todo, si viene un virus a rematar la faena. Lo que supone este disco, producido por James Ford (que produjo algunos trabajos de Arctic Monkeys y de Klaxons), es tan evidente como inextricable: algo así como un reset mental y maquinal. Porque de ser el mono que tiene cuerda infinita para darle a los platillos, aquí la tienen para ir de rama en rama.

Lo que hay en él es una apuesta muy bien trabajada y hecha con raciocinio. En definitiva, es un álbum que carga el carrete de la banda sin pensar mucho más allá. 


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