Propuesta de nuevo etiquetado en productos de consumo no es solución a la obesidad

La propuesta del nuevo etiquetado ha sido implementada en países como Chile, Perú y Uruguay, obteniendo malos resultados. En México, el etiquetado de alimentos procesados busca que bajen los problemas de obesidad en el país, sin embargo en los países donde esta medida ya se aplicó, los problemas continúan.

El Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico) considera que el etiquetado frontal propuesto por los legisladores  con imágenes de advertencia (replicando los que usa el Ministerio de Salud en Chile) sería menos transparente sobre las características de los productos.

Lorena Cerdán, directora de la asociación que agrupa a 44 empresas de alimentos y bebidas, aseguró que no se opone a la implementación de un etiquetado frontal de advertencia, sino al hecho de que se oculte información y se excluyan varios detalles que son los que permiten al consumidor decidir entre un producto u otro.

De acuerdo con la representante del sector, los sellos de advertencia propuestos no reconocen el tamaño de la porción, por lo que es muy importante que en el etiquetado se incluya la información real por porción. Por ejemplo, una barra de amaranto con arándanos con 150 calorías y otra con chocolate de 284, ambas tendrían el sello negro de exceso de calorías y azúcares, sin que el empaque precise la información completa. Consideró que los sellos de advertencia propuestos no describen al producto como tal, tampoco reconoce el tamaño de la porción, ni permite comparar entre productos similares, además al prohibir las declaraciones nutricionales desincentiva la sana competencia.

También afirmó que el nuevo etiquetado tampoco incentiva la reformulación de los productos, sino que al contrario, la inhibe, y que al prohibir las declaraciones nutricionales desincentiva la sana competencia.

Una lata de sardina de 215 gramos que aporte 355 calorías y otro envase del mismo producto que contenga 425 gramos con 702 calorías tendrían la misma leyenda de "Exceso de sal" o "Exceso de grasas saturadas", ejemplificó.

La directora de ConMéxico expuso que en el caso de Chile la medida provocó en los primeros seis meses un desajuste en el mercado, bajaron las ventas de las empresas, pero después se volvió a la normalidad, ya que el consumidor se hace insensible a las advertencias y vuelve a sus hábitos de consumo. Respecto al costo para las empresas, comentó que la última vez fue de cinco mil millones pesos, sin embargo, detalló que 75 por ciento tiene su origen en las pequeñas y medianas empresas (Pymes), las cuales podrían tener problemas de viabilidad económica.

En julio pasado, la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados aprobó diversas disposiciones que obligan a la industria de alimentos y bebidas procesados a colocar un etiquetado con información nutrimental de fácil comprensión, veraz, directa, visible y sencilla. El dictamen aprobado por la Comisión, y que se turnó al pleno para su análisis y, en su caso, aprobación, agrupa ocho iniciativas en materia de sobrepeso, obesidad y etiquetado frontal de advertencia de alimentos y bebidas no alcohólicas.

"Mucho se ha dicho de que 'la industria se opone al cambio de etiquetado porque no quiere asumir costos', eso no es cierto, ése no es el tema", expuso.

La propuesta de la industria de alimentos y bebidas es optar por un etiquetado que proporcione mayor información, que describa al producto, que permita comparar, y que distinga entre porciones; sin embargo, no cuenta con una representación gráfica de cómo sería esto.


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