Hay un grupo de personas corrigiendo errores ortográficos en las calles y no tienen piedad por nadie

Los graffitis son los que más sufren; Quito y Madrid son las ciudades que están siendo corregidas en cada rincón, gracias al trabajo y dedicación de un grupo de obsesionados con la ortografía (que ya sabemos son los más odiosos, confirmado por la ciencia).

Sin embargo, se presume que no quieren ser identificados y han decidido mantenerse en el anonimato, mientras su justicia ortográfica se esparce por las redes sociales. Al parecer, todo habría empezado en la ciudad de Quito, donde muchos graffitis fueron corregidos con rojo.


Para que se noten bien los errores, obviamente. De hecho, las correcciones son tan dolorosas como las que recibías en los exámenes y sabías que tu maestra había hecho con toda la furia del mundo, mientras ahí uno se sentía un analfabeto por no diferenciar entre porque y por qué.

Y este supuesto grupo llamado Acción Ortográfica Quito, estaba determinado a hacerlos pagar por sus errores.


Sin piedad por nadie.

Aunque muchas personas comenzaron a sospechar que los graffitis no habían sido realmente corregidos, ya que las similitudes entre las letras de quien corrige y quien es corregido son notorias. Esto levantó la idea de que la misma persona escribía de forma incorrecta a propósito y luego se rectificaba a sí misma, intentando hacer conciencia de los errores. Un trabajo que sin duda logró llevar a cabo con éxito.

Sin embargo, hasta el momento nadie se ha identificado como miembro del grupo Acción Ortográfica Quito.


El registro que se tiene de este grupo es casi en su totalidad generado por las personas que comparten sus fotos en redes sociales, ya que el grupo que desempeña sus labores como policía de la ortografía en la capital ecuatoriana tiene muy escasa presencia en internet. Sin embargo, sus compañeros en Madrid tienen bastante.

La misión de acabar con los errores de ortografía llegó hasta Madrid, en donde nació Acción Ortográfica de Madrid.


Un miembro de la corriente madrileña de este movimiento asegura que la inspiración detrás de su labor está en los grupos de Acción Poética de todo Latinoamérica, aunque su intención no es inspirar ni hacer reflexionar a las personas a través de la poesía. Por el contrario, se trata de hacer que noten los errores ortográficos que están por todas partes.

La única diferencia es que este grupo no se limita solo a los graffitis en la calle…


Sino que a todo maldito error que encuentran por allí.

Por más mínimo que sea.

Básicamente nadie está libre de ser corregido.

Y lo más interesante, es que cualquier persona con tendencias a ser un justiciero de la ortografía puede unirse a ellos.


“Los responsables del grupo somos pocos, pero cualquiera puede acreditarse como miembro de Acción Ortográfica de Madrid para corregir un cartel”, dijeron en sus declaraciones. Lo que probablemente podría iniciar un gran movimiento en muchas ciudades alrededor del mundo… Porque si hay algo que tienen las personas obsesionadas con la ortografía, son ganas de corregir.
Felipe Hernández.

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